Aperitivos (avances de la novela)


Eran casi las cuatro cuando sonó la campanita de la entrada, la moza barría el salón, Dios miraba una película de Palito Ortega y el tipo de la cuatro se había quedado dormido sobre el mantel lleno de migas.
- Muerte, por fin viniste, ¿dónde andabas?
- Laburando.
- No digas macanas, con esa baranda no podés.
-Tomé una sola copita, coñac, no pensé que me iba a pegar tanto el olor. Lo que pasa es que estoy dejando. Me cayó para el diablo.
- Ni me lo nombres, él y su consejero me tienen las pelotas llenas y adiviná qué.
-¿Qué?
- Culpa tuya.
- Si ya sé que estás orgulloso de tus inventos, pero a mí con la culpa no me vengas. ¿Qué querías?
- Saber quién es el tipo nuevo- dijo Dios yendo directamente al grano.
- ¡Ah!- suspiró ella con los ojos en blanco- Un ángel.
-¿Un ángel?- repitió Dios perdiendo la calma- Entonces Nostradamus tenía razón, metiste la pata otra vez. No es época de ángeles.
-Y eso que tiene que ver, yo trabajo todo el día y puedo decidir lo que quiero.
-Lo que quieras no, acordate que este negocio no es tuyo y algunas cosas hay que conversarlas antes. Hace dos semanas que no te aparecés y encima Nostradamus me viene con el cuento de que andás cortándote sola, regalando anglicaturas. Yo no me quiero enojar con vos ni empezar a sermonearte pero me estás metiendo en problemas, una sociedad no es joda. ¿Y ahora qué te pasa? Estás pálida.
- Te dije que me sentía descompuesta, me bajó la presión.
- Cuándo vas a dejar de tomar, te hace mal.

Dios Mío - Cap. 5 / Morir Afuera

This entry was posted on miércoles, 22 de agosto de 2012 and is filed under . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0. You can leave a response.

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