A la vez disperso y resbaloso. Esa noche, clausurando una
abstinencia de catorce años, Freitas volvió a los agroquímicos.
Escribió: Tarantuland, una tierra de redes. Era el comienzo de un poema y de
paso practicaba, porque para él eso era como ir a pescar: una espera y la
conciencia de una espera, y un pescado fuera de hábitat marcando término a la
faena.
redes (o el diario de Freitas) Cap. 26 / Morir Afuera