Dos ángeles están terminando su ronda nocturna. Detienen el coche frente a la casa de Hansel, que está iluminada sólo en su exterior. Ya tienen el baúl y los asientos traseros repletos de diarios robados. Es una buena noche y lo vienen festejando. Uno de ellos todavía es hábil con las cerraduras. Entran en la casa sin forzar la puerta y, después de revolverlo todo, abren el armario. Cuentan los diarios. El coche no da más y tendrán que cargarlos encima en lo que les queda de viaje. Deciden llevárselos en dos tandas. Están por irse, cuando uno le dice al otro: “probemos una vez má”. Apoyan los diarios en el suelo y sacuden sus alas (quebradas) inútilmente. Dos noches más tarde vuelven sobrios y rematan el lote de diarios pendiente. Y una semana más tarde, Hansel (bajo el mote de Joe Brody) es aceptado en la banda del Cuchillo.
La casa en la colina - Cap. 46 / Morir Afuera