Hace ya una larga temporada que vivimos en un bumerang del tiempo. Aceptamos con naturalidad que los ochenta han vuelto en la música, en la ropa, en las bebidas, en las fotografías y en la publicidad. Dicen que este fenómeno tiene lugar porque muchos adultos del siglo veintiuno fuimos nacidos y criados en esa década de hombreras, jopos y promesas de paraísos de placer. Incluso se atisban relámpagos que alumbran la tendencia a incluir los armarios y los sonidos de los noventa como baúl vintage. Pero en esta suerte de eterno retorno las copias van perdiendo nitidez. Se conserva la estética, la luz, los tejidos, cierta tecnología y varios objetos, y se han difuminado los sueños que había detrás de la movida de los años ochenta, los impulsos vitales que movían la acción de aquellas gentes. Muchas veces eran nuestros primos, tíos, hermanos y vecinos mayores, a quienes de niños observábamos con extrañeza y admiración para copiarles los peinados, la ropa y el lenguaje estrafalario que utilizaban como signo de distinción, búsqueda y reconocimiento de otros pares de la tribu.
El espectáculo
Las Tronkas es una exploración cómico-antropológica de una época mítica en
tiempo real. Las actrices Romina Villar, Gloria Martínez y Lorena Agüero nos
llevan con su banda de pop garagero a una gira por discotecas poligoneras. Nos trasladan en su “buga” por el extrarradio barcelonés donde la desesperación del “no future”
existencial, los trabajos esclavos de la juventud y las razias policiales eran combatidas desde lo alto de los parlantes discotequeros a fuerza de actitud,
valentía, borracheras, carcajadas y alguna que otra pastilla. El humor
desaforado de esta obra brillante es la llave para entenderlo todo. No se lo
pierdan, el domingo 2 de diciembre, a las 20 h., en la Sala Monasterio. Passeig
Isabel II, nro. 4. Entrada: 5 €.
