Vengan, vengan; no se apelotonen en el muro de las lamentaciones, no se arrinconen en sus casas a la espera del señor. No! ofrezcannos sus salmos y sus plegarias, sus textos y sus poemas. Y sus hijas en edad de merecer. Traigan sus folios al Cabaret y pasen, pasen y lean!
Gilles de Rai